martes, 11 de mayo de 2010

Eres una bestia Viskovitz-Alesandro Boffa (********)

Pensando en fábulas, cuentos y relatos de animales, me viene siempre a la mente esa del pato que, contento y feliz, no albergaba resentimiento alguno en su cuac-o corazón, ni sentía celos ni envidia alguna del resto de animales que moraban por los alrededores de su charca; pues éste nadaba, andaba y además podía volar. De hecho, estaba bastante orgulloso. La moraleja de la historia venía a decir que el pobre e ingenuo pato es una mierda de bicho, ya que no nada como el pez, no anda, y mucho menos corre, como el tigre y ni de coña vuela con la gracia y el estilo del águila. Yo soy un pato. No destaco en nada, pero me gusta hacer de todo, participar en todo lo que se me ocurra, tocar todos los palos con mis limitadas aptitudes y componer con este xilófono de varietés un conciertillo, rollo lo que me apetezca, de satisfacción y optimismo. El primero llega solo, el resto en parejas, como los patos, las cucarachas y los caracoles. Y son ahora este tipo de bestias, las que me vienen a la mente y con las que mejor me identifico cada vez que recuerdo alguna ocasión en la que no quise ser el primero y alcancé la siguiente meta en pareja, o.. que la meta era la pareja? o... que parmeta la oreja? o... que me metí entre rejas? o... es igual. El caso es que el amigo Boffa nos invita a dar un simpático e inteligente paseo por aguas turbulentas, zozobrando a bordo de esta curiosa arca de Noé por el inquieto y confuso río del cortejo humano. El siempre capitán Viskovitz velará por que nuestra sonrisa no decaiga. Es muy ocurrente y divertido, con frases dignas de enmarcar, y más, si te sabes reir de tí mismo, pues, quién no se ha sentido en algún momento del cortejo o ligoteo e incluso estando perdidamente enamorado, como un perezoso lirón, un despechado pingüino (os sabéis el chiste?) o una terrible mantis pocoreligiosa que como te pille esta noche te devoroooo!!! Una selección realmente lúcida y aguda de anécdotas y situaciones en las que lo único que no cambia son los nombres de los personajes: Viskovitz (prota), Ljuba (laguapa) y Zucotic, Petrovic y Lopez (siempre en medio), imagino que para enfatizar el hecho de que existe una obsesión no del todo sana en el enamoramiento y, además, para dotar a sus relatos de un carácter como que más científico y veraz, se recrea con frases como: 'Dirigí el tentáculo rinóforo hacia Zucotic, un gasterópodo descarnado, con la concha prácticamente clipeiforme, el ojo invaginado, el cetenidio atrófico. Resultaba repugnante incluso para los depredadores.' Ays! que bonito es el amor.