Pálidas libertades

Libertades, cálidas y alegres, de cantos y risas.
De cachorros que respingan y brincan.
De retoños revoltosos que con sus primeros pasos huyen de brazos que les sujetan.
De los reos liberados,….de cárceles y rejas….de hierro, de oro, amor, pena o dolor.
Libertades, frías, tristes, como de andar sin sombra, pálidas libertades.
Fría, la de la barca sin remos, la del barco de papel a la deriva.
Sin sombra vuela la hoja liberada por el viento de las garras del árbol.
Triste, la del que no come, porque no tiene hambre,
la del que no siente dolor porque alguna vez lo insensibilizó para siempre,
y no llora porque lagrimas no tiene.
Pálida liberación,
la del que vive en el abandono y el desapego, absuelto del sufrimiento del deseo,
y dueño de un vacio tan grande que le llena por completo.
Oscura libertad,
la del que a ella que no busca, porque no la encontrará,
su amante es la soledad y su ilusión paloma de chistera.
Libertades pálidas, sin sombra, tristes y frías.
La del que ha tocado fondo, porque ya no tendrá que frenar su caída,
la del que no teme perder la vida porque no vive,
la del que de la vida nada espera, y libre de la impaciencia,
tan solo su fin le queda,
la del que nada tiene que conservar porque con poco nació,
en el camino lo perdió todo,
y ahora solo le queda nada,
nada…....nada.......NADA.